Tras el éxito cosechado por la película Celda 211, no sería nada descartable que la secuela se llamase Concejal 211; ya que muchos de los nuevos presos que han ido entrando en las cárceles lo hicieron directamente desde sus respectivos Ayuntamientos.
Las tramas de corrupción se suceden una tras otra, y si una era grande la otra lo es más. Parece que la profesión de concejal de urbanismo entraña más sospechas que la de miembro de Al Qaeda...
Da igual del partido político que sean, todos tienen el mismo programa electoral (y no me refiero al panfletito que te llevan a casa cada cuatro años), intentar llevarse lo máximo posible y después...tonto el último. Afortunadamente, no siempre les sale bien la jugada, y acaban utilizando sus carpetitas de negocios para taparse las esposas cuando se dirigen a los Juzgados.
Al paso que vamos, en las cárceles dejarán de jugarse las pelas al Póker y empezarán a hacerlo al Monopoly, los días de visita se convertirán en congresos de partido, cambiarán sus apartamentos de Marina D'Or por celdas con vistas a la autovía... . Eso sí, podrán forrar las paredes de su celda con todas las fotos donde salían inaugurando obras con su sonrisa Profidén.
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