Después de un tiempo retomo mi particular análisis de ese señor de azul que te guiña un ojo, también conocido como Tuenti. En esta ocasión voy a hablar de un único elemento del mismo, pero que merece capítulo aparte: las fotos.
Resulta asombrosa la capacidad que un puñado de imágenes tienen para mantener pegados a la pantalla a cientos de ojos, como si se tratase de una hipnosis, te quedas embobado dándole a siguiente, siguiente, siguiente… Últimamente sus creadores se están empeñando en ponerle todo lo que se les ocurre (páginas, juegos…) –bueno más bien se les ocurre primero a los del Facebook, y cuando ha transcurrido un tiempo prudencial ellos lo lanzan como una gran novedad-. Pero la esencia de este invento son las fotos, que a la postre es lo que se puede cotillear y criticar.
Lo que verdaderamente requiere un estudio detallado, es el criterio que hay para subir las fotos a tu perfil. Por lo tanto vamos a diseccionar un poco a los usuarios en función de las fotos que suben.
El multi-subidor: Este individuo no se complica mucho la vida, coge su cámara digital y la descarga en su totalidad en su ordenador, acto seguido se dirige a su perfil y presiona el botón de subida múltiple. De esta forma sube de golpe unas 100 fotos de sus más recientes vacaciones, su paseo en el parque o su última salida nocturna. Efectivamente, la mayoría de sus fotos son idénticas, otro gran porcentaje salen borrosas o desenfocadas; pero no importa, ya que están subidas, ahí se quedan. La desaparición del carrete ha hecho mucho daño a la humanidad, cuando tenías un tope de 36 fotos te cuidabas mucho de hacerle fotos a los zapatos de tus amigas.
El “yo y el mundo”: Este guarda alguna semejanza con el anterior, pero hay una diferencia sustancial: este confunde el álbum de Tuenti donde dice “Fotos en las que sales” por “Fotos en las que sólo sales tú”. No se si tendrá un alto concepto de si mismo, o espera que algún cazatalentos vea su book improvisado. Tampoco tienen desperdicio los títulos de sus fotos “Yo”, “Simplemente yo”, “Yo otra vez”, “Semáforo y yo”, “Yo con batido…mmmm”, “Yo, antes de salir”.
La vecinita: Si en el Tuenti existiera una sección de favoritos, seguramente más de uno tendría allí a unas cuantas Tuenti-amigas a las que hace más visitas que a su abuela. Se esperan con más expectación sus últimas fotos que la portada de la FHM, y como si se tratase de un Madrid-Barça son dignas de repasar y comentar con los colegas. También resulta curioso oírlas cuando dicen “pues tengo 80.000 visitas ya, la verdad es que no se por qué será…”. Para que nos vamos a engañar, estas son las pequeñas cosas que le alegran a uno el día, y lo hacemos todos (el que diga que no, miente como un bellaco). Esto es totalmente aplicable en el sentido opuesto, porque también hay muchos miniDuques que antes de hacerse una foto se quitan la camiseta y se ponen las gafas de sol.
Los montajistas: Aquí podemos dividir dos grandes subgrupos, los que saben utilizar programas de retoque fotográfico y los que no. Los primeros suelen ser amigos cabroncetes que a la mínima te la lían dejándote en bragas delante de la mirada indiscreta de tu contactos. Sin embargo, los que no saben utilizarlo no se quedan atrás, y tirando del omnipresente “Paint” se toman su propia vendetta, aunque te dejen igual que un personaje de “South Park”, con el cuello torcido y la boca partida. Ah, se me olvidaba otro grupo muy interesante, los que buscando en Internet, como si se tratase de un Briconsejo, aprendieron a hacer sus montajes predefinidos. ¿Quién no ha visto a esas amigas inseparables que suben fotos en blanco y negro o con un contraste altísimo, les ponen mariposas alrededor y le añaden frases en rosa o fucsia del tipo “amigas para siempre”, “sha niniah to guapa…”?. La pena es que no hacen lo mismo cuando se levantan el novio entre ellas.
El AutoPromociones: Todos tenemos a algún amigo que tiene una guitarra y dice que es cantante, o que tiene una paleta y dice que es pintor, o que hace rimas y dice que es poeta, o que trabaja de camarero en una discoteca y dice que es relaciones públicas. Pues bien, todos estos utilizan su perfil para promocionar su negocio, de esta manera cada dos por tres te etiquetan en sus fotos con sus últimas novedades. También son constantes sus bombardeos en forma de eventos o páginas. Yo, personalmente, me sé de uno que dice que tiene un bazar…
El anunciante: Si tuvieras que adivinar su identidad solamente por las fotos que sube a su cuenta, sería harto complicado, ya que en un porcentaje muy alto no aparece en ellas. Ante cualquier acontecimiento o notica de relumbrón de cualquier ámbito, el sube una foto donde etiqueta a mucha gente para “abrir debate”. Da igual que sea un fichaje del Real Madrid, el lanzamiento de un videojuego, el estreno de una película, un disco, un personaje de ficción… Todos tienen cabida en su perfil de Tuenti, algunos van más lejos y los añaden como “amigos” y se creen que están hablando con ellos de verdad. Seguro que más de uno de estos ha pasado largas tardes de chat con Bob Esponja.
2 comentarios:
crack ;)
El último se parece un poco a Pedro...
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